martes, 30 de octubre de 2012

● XII Travesía Arco Calizo Central - Sierras de Enmedio y de San Jorge - Subida al Pico Vilo

En la Sierra de San Jorge junto a "la laguna seca"

27 de Octubre de 2012

12 edición de la Travesía del Arco Calizo Central en Alfarnate (Málaga), organizada, con la colaboración del Ayuntamiento de Alfarnate, por el Grupo Senderista Prisma. Resultó todo un éxito tanto de participación como de organización, y eso que no era nada fácil por culpa de las lluvias torrenciales caídas los últimos días, garantizando en todo momento nuestro bienestar y nuestra seguridad ¡enhorabuena!
En lo personal resultó más duro de lo previsto, y no por la distancia, sino debido al barro, que lo hubo de todos los colores y variedades existentes, y no nos abandonó nunca durante todo el recorrido. Contentos estarían al día siguiente los servicios de limpieza de Alfarnate y Alfarnatejo con el rastro que les fuimos dejando cuando atravesamos estas poblaciones.
Ruta: Dificultad alta (Tiempo total: 12 h. 3 min.) Distancia Total: 32,82 kms. Ruta Circular haciendo un 8 con centro en Alfarnate. Desnivel min. 819 m. Desnivel máx. 1415 m. Desnivel Acum. 1722 m.
Participantes: Rafael Blasco, Diego Gil y otros 150 participantes y miembros de la organización.
Cimas: Pico Vilo (1.415 m.).
Paisajes: la niebla en lo alto de la Sierra de Enmedio nos impidió deleitarnos con los espectaculares Tajos del Sábar (Fraile, Gómer y Doña Ana). Mucho lapiaz en las sierras, zona de espesa vegetación de matorral al subir por el Arroyo Morales, bosque de quejigos al bajar la Sierra de San Jorge y carril de tierra en la zona final de la travesía. Espectaculares vistas en el Puerto de los Alazores al pasar por los tajos que descienden del Pico de Los Tres Mogotes.
Accesos: La distancia entre Málaga y Alfarnate es de 50 kms. y se tardan unos 55 min. en llegar. Seguimos la A-45 de las Pedrizas hasta Casabermeja donde cogemos a la derecha la salida 124 para incorporarnos a la A-356 en dirección a Colmenar. Sin llegar hasta esta localidad, nos desviamos a la izquierda por la A-7204 y por aquí ya aparecen indicaciones para Alfarnate. Un poco más adelante tomamos la A-4152 que nos dejará en nuestro destino.
GPS: Ruta subida a Wikiloc (XII Travesía Arco Calizo Central)
Mapas: IGN 1024 IV y 1039 II

   Minutos antes de la salida. 7:30 A.M. polideportivo de Alfarnate

Hasta última hora no decidimos aventurarnos en esta travesía, por culpa del mal tiempo. Las ganas de montaña pudieron con las inclemencias metereológicas y, a sabiendas de que la prueba no se suspendería por este motivo, a las 6:00 A.M. recogí a Diego en Torremolinos e, ilusionados y con equipo y provisiones como para estar tres días en la montaña, salimos disparados para Alfarnate. Un pueblo precioso y acogedor pero, como buen pueblo serrano, más alejado y perdido que el planeta de E.T. Dimos mil vueltas para llegar al pueblo por unas carreteras que, a toda seguridad, no se arreglan desde los años 60. Incluso dos zorros se nos cruzaron delante del coche para recordarnos lo recóndito del paraje.
Una vez allí, todo fueron facilidades y saber hacer por parte de la organización. Nos registramos en la salida, preparamos nuestros equipos, nos dieron algo de desayunar y ¡comenzaba la aventura!
La incógnita de la lluvia y el frío hizo que cada cuál eligiera sus cartas con respecto a la indumentaria, que las había para todos los gustos: unos parecían que iban a subir al Himalaya, y en contraste otros iban en pantalón y manga corta y con zapatos abiertos.

Primeras rampas por la Sierra de Enmedio

La subida hacia el Pico Vilo fue sencilla. El único problema que nos encontramos fue la niebla a partir de los 1000 mts. que hizo que todo estuviera resbaladizo y embarrado. La niebla se tranformó en molesta lluvia y avanzar se hacía cada vez más penoso. Además, al no hacer frío e ir bastante abrigados, la transpiración interior no era la deseada por lo que llegamos arriba empapados en sudor y calados hasta los huesos. Pasamos junto al Pico Gallo pero sin llegar a hacer cumbre. Aquí se hicieron los primeros reagrupamientos para ver si alguien quería retirarse. Más de uno se lo pensó.

Pico Vilo (1.415 m.)

Diego en el Pico Vilo. A la izquierda el vértice y a la derecha el buzón

La bajada del Pico Vilo fue lo más complicado de la travesía. Al ya de por sí resbaladizo barro se le unió el continuo pisar de los participantes lo que convirtió el descenso en una bajada muy técnica y peligrosa donde cada uno "tuvo que buscarse la vida" para evitar fuertes caídas. Nunca los bastones habían sido tan imprescindibles.
Conforme fuimos descendiendo la bruma de montaña se fue disipando y pudimos disfrutar de las primeras vistas del día.

Al fondo los Tajos Gómer, Fraile  y Doña Ana, cerca de Alfarnatejo

Sin la lluvia ni la niebla en seguida cambió el ambiente de la carrera y empezamos por fin a disfrutar. Tras formarse los  inevitables "cuellos de botellas" para saltar unas cuantas vallas, atravesamos algunos cortijos, bordeamos el río Sábar y llegamos a Alfarnatejo donde tuvimos el primer descanso (15 min.) y avituallamiento del día. Aquí se produjeron las primeras bajas de la jornada.

Primer avituallamiento en Alfarnatejo

Recorridos los primeros 14 kms. llegamos a Alfarnate completando la primera parte de la travesía y cerrando el primer tramo del 8 circular.

Foto institucional en Alfarnate

Salimos del pueblo y ascendimos por el arroyo Morales, otra vez ralentizándose el grupo en fila india, y el paisaje varió radicalmente por espesa vegetación de río y matorral. Muchos enganchones con ramas y zarzas dificultaron el avance en paulatina subida que en la parte final discurría paralela a la carretera A-4152 que nos llevaría hasta el Puerto de los Alazores a 1028 mts. de altura.

Puerto de los Alazores, límite provincial entre Málaga y Granada

Seguimos bordeando la carretera y nos encontramos con una nueva modalidad de barro: "el barro tipo pegamento". Se nos iba acumulando en las botas y no había manera de despegarlo llegando a pesar cada bota por lo menos dos o tres kilos de más. Entre risas se llevaba mejor la fatiga.
Pasamos junto al impresionante Tajo de las Palomas y un poco más adelante junto al Tajo que cae a plomo desde el pico Tres Mogotes, máxima altura de la Sierra de San Jorge.

Tajo del Pico Tres Mogotes

Por fin llegamos a un puente donde ya tocaba el almuerzo (30 min., todo un lujo). Nos sentamos junto al riachuelo que discurría bajo el puente y devoramos como canívales todo lo que teníamos en las mochilas. Luego nos enteramos que "el riachuelo" era, ni más ni menos, que el río Guadalhorce que nacía un poco más arriba.

Con el ánimo renovado tras comer en este magnífico entorno junto al río Guadalhorce

Con la promesa de un caldito caliente un poco más adelante, continuamos por la carretera rumbo a la parte más dura de toda la travesía: la subida a la Sierra de San Jorge.

Con mi amigo Noel, el Alhaurino montañero

Aquí, con indicaciones de la cercana fuente de los 100 caños, nos dieron el caldito prometido, que ya parecía un mito, y afrontamos la dura subida a la Sierra de San Jorge. La primera rampa fue a piñón fijo, sin paradas y con un desnivel de más de 400 mts. en 2 kms. A más de uno se le atragantó el caldito.

Nos reimos por no llorar tras el subidón que habíamos hecho

Aún nos quedaban un par de subidas más, aunque de menos envergadura, atravesando el lapiáz y pasando por un collado junto al Cerro del Tajo Tello de 1336 mts. de altura.

Alfarnate desde la Sierra de San Jorge

La primera parte de la bajada fue por terreno rocoso pero la última parte la realizamos atravesando un frondoso quejigal hasta llegar a un carril conocido como Vereda de Archidona o del Fraile, que nos llevaría definitivamente a Alfarnate y al final de la prueba.

Quejigal que atravesamos en la bajada

Los últimos kilómetros los hicimos por este carril disfrutando del final de la travesía y felicitándonos por haberla terminado. Pero aún nos quedaba una última sorpresa.

Bonita foto con Diego vendiendo bastones

A las puertas de Alfarnate, a 1,5 kms. de la llegada, nos dicen que vamos a desviarnos de nuevo para  visitar a un Cristo muy famoso del pueblo. Nos creíamos que era una broma, pero no lo era, pero bueno, al final no fue para tanto y resultó la guindilla a una jornada inolvidable.

Mirador Cerro del Santo Cristo

Tras la travesía, relax, un poco de aseo y cenita merecida en el pabellón. Acabamos con los agradecimientos, entrega de diplomas y regalos de los patrocinadores y sorteos. Despedida y ya pensando en la próxima.




























































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